lunes, 19 de enero de 2009

LA PALABRA MATRIMONIO

(Publicado Diario de Yucatán. 17 de enero de 2009)

Al estar leyendo la nota periodística “Demandan bodas de homosexuales” mi incredulidad fue en aumento conforme avanzaba en su lectura.

Hablan de que sea legal el matrimonio de personas del mismo sexo y piden la adopción de niños; conforme a esas demandas me pregunto: sobre el matrimonio al cual toman como un derecho, es necesario aclarar que el matrimonio es una opción, pues el estado si bien está obligado a casar a quiénes lo deseen de acuerdo a las leyes vigentes, no obliga a casarse a quienes viven juntos, pero sí los obliga como ciudadanos -por ejemplo- al pago de impuestos, respeto a las leyes, etcétera.

En relación niños a la cual se supeditan los intereses de los adultos que deseen adoptarlos, por lo tanto no se puede negar a los infantes el derecho a crecer en una familia la cual inicia desde que el ser humano aparece en la Tierra con la unión de un hombre y una mujer. Los principios y valores morales son los que rigen nuestra vida, estos principios se adquieren desde la infancia por enseñanza de nuestra madre y nuestro padre.

Aunque se quiera hacer uso de la palabra matrimonio para este tipo de uniones, este vocablo nada mas puede ser utilizado como lo indica el Diccionario de la Real Academia Española: “Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.” 

Esta muy claro y que no le busquen más: matrimonio, pacto civil o sociedades de convivencia entre personas del mismo sexo, jamás podrán justificarse como bases para integrar una familia, lo cual quedó demostrado al derogarse en el estado norteamericano de California mediante referéndum la iniciativa que ahora se propone en Yucatán. Sería interesante saber porqué la gente vetó los matrimonios homosexuales.

Si de discriminación desean hablar que les quede muy claro que no se les impide que vivan juntos y establezcan vínculos afectivos, pero de ahí a que pidan que se les considere matrimonio hay una gran diferencia, como dije al principio: el matrimonio no es un derecho es una opción.

Para terminar, una idea más: así como ellos exigen respeto, lo mismo pido yo y si me califican de mojigato, reprimido o conservador, entonces tendré que asumir que están violando mi derecho a pensar y opinar libremente.

Luis E. Moreno-Lacalle Menéndez

Miembro de Adaltiora A.C

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