jueves, 29 de enero de 2009

¿Como en Holanda?



“HAY QUE TENER LA MENTE ABIERTA,
PERO NO TANTO QUE SE NOS SALGA EL SESO”
Arthur Hays Sulzberger

La nota publicada por el Diario “Las bodas gays: quieren a Yucatán como Holanda” me hizo pensar e investigar un poco más acerca de lo que está pasando en tan "avanzada" sociedad.

Ojalá la propuesta girara más en el sentido de parecernos a Holanda en materia de desarrollo económico, ya que esto sí ayudaría mucho a nuestro país a erradicar problemas de fondo de los que se derivan muchos otros, como el pandillerismo que azota a nuestro estado, por dar sólo un ejemplo. Pero no, buscan imitar a ese país Europeo en lo que ellos llaman “modernidad” al pretender reconocer en materia legislativa las diferencias o preferencias.
Haciendo un “viajecito cibernético” encontramos que en Holanda en donde ciertamente se han reconocido los “matrimonios” entre personas del mismo sexo, importante es saber que a inicios de este año, la sodomía y el fetichismo acaban de ser eliminadas como causales para recibir apoyo psicológico. El bestialismo no está prohibido y los activistas defensores de los animales se abochornan de que Holanda tenga el dudoso honor de ser el mayor productor de pornografía animal del mundo. La utilización de las drogas y la práctica de la prostitución ya legalizadas, están enfrentando al gobierno y sociedad a las graves consecuencias de su legitimación.
El camino recorrido ha sido una inspiración para otros grupos minoritarios, como el recién creado partido “Caridad, Libertad y Diversidad” con el cual se busca “avanzar” todavía más, los pederastas pretenden que Holanda reconozca sus “derechos”, y proponen entre otras cosas que la mayoría d edad de las personas sea de 12 años en lugar de 18 o 21, con lo cual un adulto mayor podría tener relaciones con un menor sin que se le aplique el peso de la ley, independientemente de su preferencia sexual, en esa sociedad altamente “desarrollada” y que reconoce la pluralidad.
Creo que la cosa no debe de ir por allí, siempre hemos dicho que las preferencias o los gustos son sólo eso - preferencias- y que por tanto no tienen el peso para cambiar nuestras leyes.
Los legisladores no deben actuar a capricho de grupos minoritarios que amenazan con destruir los principios rectores sociales argumentando discriminación, pues si ese fuese el criterio podríamos decir que todas las leyes son discriminatorias en el sentido de que nos prohíben muchas cosas que nos gustaría hacer.
Si se accediera a modificar la ley teniendo como sustento las preferencias sexuales, el paso siguiente sería reivindicar los derechos de quienes tienen como preferencia sexual estar con bebés, con animales o con muertos ; a lo que luego seguirían la reivindicación de los “derechos” de los que gustan ejercer la violencia, de los ladrones a sustraer lo ajeno, de los narcotraficantes a envenenar a la sociedad con sustancias prohibidas o los derechos de cualquiera cuyas preferencias no estén reconocidas en materia legal.
Y que quede claro: No es una postura en contra de personas con preferencias sexuales distintas, es simplemente y llanamente que hay que conservar el orden natural de las cosas y de que la ley respete el sentido fundamental de las relaciones humanas.
Ivette Laviada de López
iniciativaporlafamila@gmail.com

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